miércoles, 5 de diciembre de 2012

PAUTAS PARA EL CONTROL DE ESFÍNTERES


INICIO DEL CONTROL DE ESFÍNTERES:
              Es indispensable que el niño/a haya alcanzado la suficiente maduración nerviosa para que pueda lograrse dicho control, por lo que resulta conveniente que el momento evolutivo en el que se encuentre el niño/a le permita distinguir entre la las heces y la orina, subirse y bajarse la ropa, conocer las partes del cuerpo y utilizar palabras-frase.
            El niño/a alcanza antes el control de orina que de heces, así como primero el diurno que el nocturno. No hay una edad determinada para ello, aunque es aconsejable esperar a que esté preparado. Alrededor de los 18 meses, el niño puede anticipar la sensación de pipí y/o decir que está mojado. Sobre los 2 años, se inicia el control: primero de día, y algo más tarde de noche. No olvidemos que las edades son orientativas, pues todo depende de la maduración de cada niño.
            A la hora de escoger los tiempos del día que se van a dedicar a sentarse en orinal o wc, es preciso tener en cuenta las rutinas del niño, detectando los momentos en los que con mayor frecuencia precisa un cambio de pañal.
            Va a influir positivamente el favorecer el establecimiento de una situación agradable en el baño. Contamos con una mayor predisposición del niño/a si éste demanda un interés por dónde sale el pis y la caca o se encuentra molesto cuando tiene el pañal sucio.
La mayor parte de los niños comienzan a mantenerse secos en la cama durante la noche cuando tienen alrededor de 3 años de edad. Sin embargo, pueden ocurrir accidentes ocasionales. El orinarse en la cama persistentemente después de los tres o cuatro años raramente significa que el niño tiene un problema, en la mayoría de los casos, es el resultado de un desarrollo más lento del control de la vejiga, resultado de emociones y tensiones, o bien que el proceso original de aprendizaje de ir al baño le causó demasiado estrés, pudiendo volver a comenzar la enuresis después de un período en el que el niño ha estado seco.
Los niños no se orinan en la cama a propósito y que por lo general les da vergüenza cuando esto sucede, por lo que resulta conveniente alentarles y demostrarles confianza en que pronto logrará dormir la noche entera manteniéndose seco (evitar que el niño piense que es travieso o se sienta avergonzado).
  
DESARROLLO DEL CONTROL DE ESFÍNTERES
1)    Controlar cuándo tiene el pañal seco y detectar en que momentos se hace caca. Es importante que cuando le vayamos a cambiar le preguntemos antes si tiene pis o caca.
2)    Ofrecerle sentarse en el orinal, al principio se sentará muchas veces al día controlando si tiene el pañal seco o mojado. Cuando se consiga que lo haga en el orinal enseñarle lo que ha hecho festejando el logro.
3)    Si el pañal está casi siempre seco y el niño/a avisa de que quiere hacer pis o que está mojado, es el momento de quitarle el pañal todo el día excepto cuando se vaya a dormir. En esta última fase es frecuente que se requieran muchos cambios de ropa, ante esta situación es preciso mostrarse tranquilo, no culpabilizar al niño y no caer en la tentación de volverle a poner el pañal.

PAUTAS PARA LOS PADRES:
Ø  Realizar el control de esfínteres siempre en el mismo lugar (cuarto de baño o espacio en el que se coloque el orinal), a fin de favorecer el que el niño identifique el espacio en el que lo va a hacer.
Ø  Actitud positiva de los adultos tanto si se producen o  no resultados: elogiar, festejar, etc.
Ø  No abandonar el proceso una vez lo hayamos iniciado ni siquiera en periodos cortos de tiempo (como ir a comprar  o ir de viaje), a fin de evitar el que el niño/a se frustre.
Ø  Además de conseguir controlar el pis y la caca es importante edu car en la higiene y la salud, haciendo hincapié en limpiarse después, lavarse las manos, etc.

CONTROL DE ESFÍNTERES NOCTURNO:
PAUTAS:
Ø  Disminuir la toma de líquidos en la cena (máximo medio vaso).
Ø  Estimularles para que vayan al baño antes de acostarse.
Ø  Despertándolos durante la noche para que puedan vaciar su vejiga.
Ø  Elogiarles las mañanas que amanecen secos.
Ø  Rellenar un calendario miccional donde aparezcan las noches secas y húmedas. La colaboración del niño refuerza positivamente cualquier otra intervención que realicemos ya que el simple hecho de querer rellenar el calendario es señal de que el tratamiento será más fácil.
Ø  Una vez iniciado no debe volver a ponérsele el pañal, es preferible esperar a iniciarlo más tarde. Hay que contar que pasará un periodo en el que se repetirán los cambios de ropa tanto del niño/a como de cama.
Ø  Una vez que sucede un episodio de pérdida de orina la respuesta de  la familia ha de ser consistente, implicando al niño/a en los cambios de ropa (no es un castigo, sino que se trata de hacerle partícipe del proceso).
Alarmas nocturnas:
El objetivo a lograr con su empleo es conseguir que el niño se despierte antes de que comience la micción durante el sueño, con ello podremos superar el problema. La alarma requiere que el niño comprenda lo que queremos lograr, la familia debe estar dispuesta a colaborar (la alarma suele despertar a la familia) y debe estar indicada por un terapeuta experto en el tema. En ocasiones suelen aparecer recaídas graves tras su uso que exigirán visitar de nuevo al médico.