INICIO
DEL CONTROL DE ESFÍNTERES:
Es
indispensable que el niño/a haya alcanzado la suficiente maduración nerviosa
para que pueda lograrse dicho control, por lo que resulta conveniente que el
momento evolutivo en el que se encuentre el niño/a le permita distinguir entre
la las heces y la orina, subirse y bajarse la ropa, conocer las partes del
cuerpo y utilizar palabras-frase.
El
niño/a alcanza antes el control de orina que de heces, así como primero el
diurno que el nocturno. No hay una edad determinada para ello, aunque es
aconsejable esperar a que esté preparado. Alrededor de los 18 meses, el niño
puede anticipar la sensación de
pipí y/o decir que está mojado. Sobre los 2
años, se inicia el control: primero de día, y algo más tarde de
noche. No olvidemos que las
edades son orientativas, pues todo depende de la maduración de cada niño.
A
la hora de escoger los tiempos del día que se van a dedicar a sentarse en
orinal o wc, es preciso tener en cuenta las rutinas del niño, detectando los
momentos en los que con mayor frecuencia precisa un cambio de pañal.
Va
a influir positivamente el favorecer el establecimiento de una situación
agradable en el baño. Contamos con una mayor predisposición del niño/a si éste
demanda un interés por dónde sale el pis y la caca o se encuentra molesto
cuando tiene el pañal sucio.
La mayor parte de los
niños comienzan a mantenerse secos en la cama durante la noche cuando tienen
alrededor de 3 años de edad. Sin embargo, pueden ocurrir accidentes ocasionales.
El orinarse en la cama persistentemente después de los tres o cuatro años
raramente significa que el niño tiene un problema, en la mayoría de los casos,
es el resultado de un desarrollo más lento del control de la vejiga, resultado
de emociones y tensiones, o bien que el proceso original de aprendizaje de ir
al baño le causó demasiado estrés, pudiendo volver a comenzar la enuresis después
de un período en el que el niño ha estado seco.
Los niños no se
orinan en la cama a propósito y que por lo general les da vergüenza cuando esto
sucede, por lo que resulta conveniente alentarles y demostrarles confianza en
que pronto logrará dormir la noche entera manteniéndose seco (evitar que el
niño piense que es travieso o se sienta avergonzado).
DESARROLLO
DEL CONTROL DE ESFÍNTERES
1)
Controlar
cuándo tiene el pañal seco y detectar en que momentos se hace caca. Es
importante que cuando le vayamos a cambiar le preguntemos antes si tiene pis o
caca.
2)
Ofrecerle
sentarse en el orinal, al principio se sentará muchas veces al día controlando
si tiene el pañal seco o mojado. Cuando se consiga que lo haga en el orinal
enseñarle lo que ha hecho festejando el logro.
3)
Si
el pañal está casi siempre seco y el niño/a avisa de que quiere hacer pis o que
está mojado, es el momento de quitarle el pañal todo el día excepto cuando se
vaya a dormir. En esta última fase es frecuente que se requieran muchos cambios
de ropa, ante esta situación es preciso mostrarse tranquilo, no culpabilizar al
niño y no caer en la tentación de volverle a poner el pañal.
PAUTAS
PARA LOS PADRES:
Ø Realizar el control de esfínteres
siempre en el mismo lugar (cuarto de baño o espacio en el que se coloque el
orinal), a fin de favorecer el que el niño identifique el espacio en el que lo
va a hacer.
Ø Actitud positiva de los adultos tanto
si se producen o no resultados: elogiar,
festejar, etc.
Ø No abandonar el proceso una vez lo
hayamos iniciado ni siquiera en periodos cortos de tiempo (como ir a
comprar o ir de viaje), a fin de evitar
el que el niño/a se frustre.
Ø Además de conseguir controlar el pis y
la caca es importante edu car en la higiene y la salud, haciendo hincapié en
limpiarse después, lavarse las manos, etc.
CONTROL DE ESFÍNTERES
NOCTURNO:
PAUTAS:
Ø
Disminuir la toma de líquidos en la cena (máximo medio vaso).
Ø
Estimularles para que vayan al baño antes de acostarse.
Ø
Despertándolos durante la noche para que puedan vaciar su
vejiga.
Ø
Elogiarles las mañanas que amanecen secos.
Ø
Rellenar un calendario miccional donde aparezcan las noches
secas y húmedas. La colaboración del niño refuerza positivamente cualquier otra
intervención que realicemos ya que el simple hecho de querer rellenar el
calendario es señal de que el tratamiento será más fácil.
Ø
Una vez iniciado no debe volver a ponérsele el pañal, es preferible
esperar a iniciarlo más tarde. Hay que contar que pasará un periodo en el que
se repetirán los cambios de ropa tanto del niño/a como de cama.
Ø
Una vez que sucede un episodio de pérdida de orina la
respuesta de la familia ha de ser
consistente, implicando al niño/a en los cambios de ropa (no es un castigo,
sino que se trata de hacerle partícipe del proceso).
Alarmas
nocturnas:
El objetivo a lograr con su empleo es conseguir que el niño
se despierte antes de que comience la micción durante el sueño, con ello
podremos superar el problema. La alarma requiere que el niño comprenda lo que
queremos lograr, la familia debe estar dispuesta a colaborar (la alarma suele
despertar a la familia) y debe estar indicada por un terapeuta experto en el
tema. En ocasiones suelen aparecer recaídas graves tras su uso que exigirán
visitar de nuevo al médico.